Biblioteca Ignoria

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Recortes literarios - Una antología

21 sept 2024

Fernando Pessoa (Alberto Caeiro) - El misterio de las cosas, ¿dónde está?

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Fernando Pessoa (Alberto Caeiro) - El misterio de las cosas, ¿dónde está?

Versión: Isaías Garde


El misterio de las cosas, ¿dónde está?

¿Dónde está que no aparece,

al menos para mostrarnos que es un misterio?

¿Qué sabe el río y qué sabe el árbol?

y yo, que no soy más que ellos, ¿qué sé de eso?

Siempre que observo las cosas y pienso en lo que los hombres piensan de ellas,

me río como un arroyo que suena fresco sobre una piedra.


Porque el único sentido oculto de las cosas

es que no tienen ningún sentido oculto;

más extraño que todas las extrañezas

y que los sueños de todos los poetas

y que los pensamientos de todos los filósofos,

es que las cosas sean lo que realmente parecen ser

y que no haya nada que comprender.


Sí, esto es lo que mis sentidos aprendieron por sí mismos:

las cosas no tienen significación: tienen existencia.

Las cosas son el único sentido oculto de las cosas.



O mistério das coisas, onde está ele?


O mistério das coisas, onde está ele?

Onde está ele que não aparece

Pelo menos a mostrar-nos que é mistério?

Que sabe o rio e que sabe a árvore

E eu, que não sou mais do que eles, que sei disso?

Sempre que olho para as coisas e penso no que os homens pensam delas,

Rio como um regato que soa fresco numa pedra.


Porque o único sentido oculto das coisas

É elas não terem sentido oculto nenhum,

É mais estranho do que todas as estranhezas

E do que os sonhos de todos os poetas

E os pensamentos de todos os filósofos,

Que as coisas sejam realmente o que parecem ser

E não haja nada que compreender.


Sim, eis o que os meus sentidos aprenderam sozinhos: —

As coisas não têm significação: têm existência.

As coisas são o único sentido oculto das coisas.

20 sept 2024

Leónidas Lamborghini - Cabeza quemada

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Leónidas Lamborghini - Cabeza quemada

En un depto de mierda,

multitud de invasoras cucarachas,

a derecha y a izquierda,

circulaban en rachas

y por el centro, también, de la covacha.


Un alma atormentada,

desde un mugre sillón menesteroso,

nerviosa la mirada

seguía, sin reposo,

sus giros sin parar, vertiginosos.


Por el piso, el techo,

las paredes, ellas se descolgaban;

él meditaba el hecho,

su cabeza llameaba:

era ascua que un incendio alimentaba.


Nunca, meditaciones

de su mente lo habían provocado,

¿eran sus confusiones

las que habían causado

en su cabeza, un incendio de tal grado?


Ah!, su pensar político,

sus gustos, sus amores, sus jugadas.

Ah!, su sentido crítico,

¿Ángel? ¿Cucaracha alada?

¿Cuál vela su cabeza calcinada? 


En Encontrados en la basura

19 sept 2024

Juan L. Ortiz - Es apenas Agosto...

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Juan L. Ortiz - Es apenas Agosto...

Es apenas Agosto.

15 de Agosto.

Pero ya el día es

de pájaros.

Todo no es aún pájaros, no.

Es apenas una tímida

cristalería

que abre la mañana

entre las ramas moradas,

y las nieblas ya dulces.

No se sabe ubicarla.

Tiembla no se sabe dónde.


Espíritu musical,

¡qué delicadamente transparente!

que sale de la tierra,

y flota, y sube,

sin fijarse aún

como el ensayo de una melodía.


Espíritu musical

de la tierra que aún sueña!

Sueño, anhelo

de la tierra

pronta a abrir

sus párpados verdes.


En La rama hacia el este, 1940

18 sept 2024

Norah Lange - Amanecer

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Norah Lange - Amanecer

En el corazón de cada árbol

se ha estremecido la medianoche.


La noche se desmenuza

en lenta procesión de niebla.


Todas las tardes terminan su cansancio.


Los letreros luminosos duermen

el asombro de sus colores

y anticipan la contemplación de cada pobre.


En toda esquina vigila el sueño

y es tu recuerdo la única pena

que humilla la altivez de las aceras.


Lejos, el primer mendigo,

traiciona el portal donde ha dormido.


Y la ciudad se abre como una carta

para decirnos la sorpresa de sus calles.


De La calle de la tarde, 1925

17 sept 2024

Alberto Cisnero - Clase 75, poema 28

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Alberto Cisnero - Clase 75, poema 28

¿en serio te seguís drogando?

¿no tenés más inéditos? ¿por qué

decís que tu imaginación cejó?

entiendo; ¿leés teóricos francos

y devenís régulo prontamente?

un problema de mala digestión.

¿tu oficio vil y mecánico para  

el tiempo del fin es dictar taller

quincenal de poesía y guion, 

sin consecuencias textuales?

¿viajar en clase turista fue 

tu mayor dificultad inmobiliaria? 

no hablás de eso, ni de un libro, 

el primero, porque te injuria, 

quemaste cada ejemplar:

preverbal, dijo un redactor 

del hampa literario metropolitano.

¿disentís en que la clase media 

ilustrada explica sus poemas

antes de recitarlos o franquearlos

porque todavía no los escribieron?

¿es sólo por deleite o vergüenza?


Alberto Cisnero, de Clase 75 (inédito)

15 sept 2024

Rolando Revagliatti - La dama regresa

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Rolando Revagliatti - La dama regresa


Regresa dama


empajarada, entucanada, náutica

asomándole a las masas


ahítas con ella se expanden las guarañas

atracan con ella aguardadas en La Boca

adoradas por las limusinas y los pedigüeños

¡Que los muestre!

le urge a la dama el maravilloso

pueblo argentino que nunca se equivoca


se suelta nuestro pueblo

se engalana después de una atinada jaculatoria:

con pechos me acuesto

con pechos me levanto

dama de pechos

como derechos


pechos beligerantes que apaciguaremos

en la unidad inclaudicable

pechos expectantes que complaceremos

con conciencia de falta de clase

pechos amortizados en transacciones impositivas

pechos abanderados en especulaciones de La Bolsa

pechos adinerados

pechos enjoyados que mordisquearemos

(asumimos la promesa)

cuando les llueva el domingo en un picnic

o granice


Asoma la Aurora en regla

al alba amanece la Aurora cuando asoma la vaca

y el toro y a su modo se ofrecen


para sus padres puntualmente

ha sido una dama ponedora:

cada mes un cheque

un cachivache, un chancho, una chuchería


encajes y transparencias cuando sale de noche

la Aurora y los masturba

a ambos sus pechos encanichados a la vez


las fuerzas vivas la inauguran Santa

el eventual resentimiento se vaporiza con los cánticos

de las sacerdotisas docentes del genial Sarmiento:

pechos donde refundar la Esperanza

pechos como una elegía del Río de la Plata

pechos donde confiar en nuestros jóvenes

pechos donde apostar a la inocencia de nuestros niños

pechos con los que consagrarnos a la sabiduría ínsita de

[nuestros ancianos

pechos constitucionales, representativos

homologados por las Facciones Unidas (UF)


Regresa dama la repudiada Aurora

a la pizza, al champán, al matambre

                                                                  finisecular


En Fundido encadenado

14 sept 2024

César Bandin Ron - Anhelo

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César Bandin Ron - Anhelo


Soy pescador,
arrojo la red y luego
la recojo, una y otra vez;
aunque lo que trae la red
nunca se sabe.
Si es alegría seguiré
de pie, si es tristeza
seguiré de pie;
de todos modos, vuelvo
a arrojar la red al mar
y a recogerla luego.
Así una y otra vez;
aunque lo que trae la red
nunca se sabe.

Marco Denevi - El velorio de Betseba

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Marco Denevi - El velorio de Betseba

Hace tres días tuvimos lo que puede llamarse una revelación. Sucedió en el velorio de Betseba.

La pobre se nos murió de golpe y sin un ay, nunca sabremos bien de qué. "De indiferencia", escribió el infeliz del médico en el certificado de defunción, qué disparate, para no confesar que él tampoco sabía. Nosotros sospechamos que más bien falleció de espiritualidad. Betseba sostenía que el alma puede prescindir del cuerpo: esa teoría debe de haberla llevado a la tumba. La cuestión es que ahora estaba ahí, muerta en plena juventud, reducida sólo a aquello que siempre había despreciado. La lloramos debidamente y después nos distrajo la prosaica tarea de organizarle el velatorio.

En Los asesinos de los días de fiesta

11 sept 2024

Stéphane Mallarmé - La tumba de Charles Baudelaire

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Stéphane Mallarmé - La tumba de Charles Baudelaire


El enterrado templo divulga por la boca
Sepulcral de la cloaca que escupe lodo
Y rubíes, abominablemente (algún ídolo Anubis
De hocico chamuscado cual esquivo ladrido

O si el reciente gas tuerce la turbia mecha
Que, sabemos, enjuga los oprobios sufridos,
Y huraño alumbra entonces un pubis inmortal
Cuyo vuelo se eclipsa según el reverbero.

¡Qué follaje secado en ciudades sin noche,
Podrá bendecir, votivo, y ella volver en vano
Ausentarse en el mármol de-Baudelaire!

Ausente con temblores del velo que la ciñe,
Ésta su Sombra, igual a un tutelar veneno
Que aun cuando nos mate debemos respirar.


Le tombeau de Charles Baudelaire

LE temple enseveli divulgue par la bouche
Sépulcrale d'égout bavant boue et rubis
Abominablement quelque idole Anubis
Tout le museau flambé comme un aboi farouche

Ou que le gaz récent torde la mèche louche
Essuyeuse on le sait des opprobres subis
Il allume hagard un immortel pubis
Dont le vol selon le réverbère découche

Quel feuillage séché dans les cités sans soir
Votif pourra bénir comme elle se rasseoir
Contre le marbre vainement de Baudelaire

Au voile qui la ceint absente avec frissons
Celle son Ombre même un poisont tutélaire
Toujours à respirer si nous en périssons.

Traducción: Federico Gorbea
Imagen: Nadar 

8 sept 2024

Jorge Santiago Perednik - Retrato del poeta con Juan L. Ortiz

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Jorge Santiago Perednik - Retrato del poeta con Juan L. Ortiz

entre Paraná y Diamante no todo es oscuro

los ojos del gato miran el futuro y ven el presente

los ojos humanos miran el presente y ven el pasado

la luz de la luna muestra los costados del camino

dice a todos no se salgan de aquí

aunque allá haya otros caminos no se salgan

no dejen que la noche los trague

los ojos del gato reflejan un mundo amarilloverdoso

la luz de la luna ilumina ¿el mundo, los ojos, el gato?

sus débiles rayos no pueden quebrar

la luz de la costumbre, su oscuridad

la demora de la noche se prolonga, se empecina

no da a conocer su causa

no admite ni busca una causa

es un llamamiento a proseguir

demorando el llamamiento

Juan lee en el diario la errata

el tipógrafo había escrito toros en vez de otros

una lunática chispa de verdad

sobre la condición homínida

el otro puede ser el toro del uno

vincularse con el otro es embestirse

una manada salvaje irrumpe por la izquierda

en rápida maniobra hay que esquivarla

no tengo la capa del torero soy el otrero

no tengo el volante soy el conductor terrestre

cada segundo en esta noche repite una oscuridad del

pasado

me arremuleo en el asiento del auto sin saber qué significa

no debo dormirme

la radio no funciona

la mente no funciona

va a demasiada velocidad

no puede o no quiere seguirla el lápiz

que escribe sobre un papel

que apoyado contra el volante

hace sonar la bocina

el gato pega un respingo

sus ojos celestegrisáceos

no miran como el tiempo al que los mira

difuso confuso dicen jamás ataré mi cuerpo a ti

más que por una debilísima hebra

la necesidad

a la duermevela como a la costumbre

hay que partirla o cortarla

el filo de la atención

el golpe del azar

los objetos de la luz

el conductor puede pisar al gato

porque unos golpes de timón logran timarlo

subimos por la cuchilla y nos corta

bajamos por la cuchilla y nos cura

los toros u otros inmóviles a los costados

también se mueven:

están quietos a distinta velocidad

falta poco para llegar a Diamante

¿poco es nunca? ¿algo es siempre?

la nada facetada atravesada por un finísimo haz de luz

da el espectro de un camino inminimible

el coche se detiene

todos están dormidos incluso el gato incluso el sueño

el mundo deja de andar

la vigilia cierra los ojos y se olvida

el sueño abre los ojos y se olvida

el camino del pasado y el camino del futuro se desordenan

intransitables, irrecorribles

el camino de la risa y el camino del acento no pueden ser

caminos

adheridos a los objetos

atados por una hebra inexistente

llevan adonde estamos

el inlugar del intiempo

queremos llegar a Diamante ¿queremos?

algo no funciona: el fuego que ahí se llama juego

aquí no se consume, se llama necesidad

Ida Vitale - Respuesta del derviche

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Ida Vitale - Respuesta del derviche


Quizás
la sabiduría consista
en alejarse si algo vibra
a nuestro movimiento
(porque la horrible araña
cae sobre la víctima)
para ver,
refleja como una estrella,
la realidad distante.
De ese modo
la situación florece a nuestros ojos
—pierde
uno a uno
sus pétalos—
como una especie vista
por primera vez.
Y juzgaremos triste,
vano zurcido
que nada repara,
el dibujo trivial de nuestro gesto,
improbable amuleto
contra la emigración de las certezas.

En Jardín de sílice, 1980

7 sept 2024

Joaquín Giannuzzi - Escuchando en el laúd

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Joaquín Giannuzzi - Escuchando en el laúd

Escuchando en el laúd la nota antigua

Uno ve poetas en el pasado pero no asesinos.

Ve la ingrávida sustancia incorporada

A la calamitosa energía de la historia

Y esta confusión no termina de aclararse.

Increíbles poetas entre nubes de sangre

Salvando a medias la verdad, dejando el resto

A la convicción del crimen general

Como un error que debe soslayarse. Cómo

Consiguió la belleza aislar las rosas,

Construir un recluso jardín incorrupto

Y dar materia a este cantor eterno.

Pero la estúpida crueldad y el martirio

No fueron cosas transitorias ni objetos irreales

Que pueden apartarse como una falla terrestre,

Una fractura en la roca, un paso en falso en el mundo.

Aquí están todavía, no en el mito

Y a su manera se empeñan en dar música.

Las cuerdas siguen sonando en medio de la masacre;

La vida corporal de esta madera finamente curvada

Es aceptada como un triste conocimiento.

El laúd rescata un engaño hasta el fin de los tiempos.


En Las condiciones de la época, 1967

5 sept 2024

Federico García Lorca - Crucifixión

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Federico García Lorca - Crucifixión



La luna pudo detenerse al fin por la curva blanquísima de los caballos.
Un rayo de luz violenta que se escapaba de la herida
proyectó en el cielo el instante de la circuncisión de un niño muerto.

La sangre bajaba por el monte y los ángeles la buscaban,
pero los cálices eran de viento y al fin llenaban los zapatos.
Cojos perros fumaban sus pipas y un olor de cuero caliente
ponía grises los labios redondos de los que vomitaban en las esquinas.

Y llegaban largos alaridos por el Sur de la noche seca.
Era que la luna quemaba con sus bujías el falo de los caballos.
Un sastre especialista en púrpura
había encerrado a tres santas mujeres
y les enseñaba una calavera por los vidrios de la ventana.
Las tres en el arrabal rodeaban a un camello blanco,
que lloraba porque al alba
tenía que pasar sin remedio por el ojo de una aguja.
¡Oh cruz! ¡Oh clavos! ¡Oh espina!
¡Oh espina clavada en el hueso hasta que se oxiden los planetas!
Como nadie volvía la cabeza, el cielo pudo desnudarse.
Entonces se oyó la gran voz y los fariseos dijeron:
Esa maldita vaca tiene las tetas llenas de leche.

La muchedumbre cerraba las puertas
y la lluvia bajaba por las calles decidida a mojar el corazón
mientras la tarde se puso turbia de latidos y leñadores
y la oscura ciudad agonizaba bajo el martillo de los carpinteros.
Esa maldita vaca
tiene las tetas llenas de perdigones,
dijeron los fariseos.
Pero la sangre mojó sus pies y los espíritus inmundos
estrellaban ampollas de lagunas sobre las paredes del templo.
Se supo el momento preciso de la salvación de nuestra vida.
Porque la luna lavó con agua
las quemaduras de los caballos
y no la niña viva que callaron en la arena.
Entonces salieron los fríos cantando sus canciones
y las ranas encendieron sus lumbres en la doble orilla del rio.
Esa maldita vaca, maldita, maldita, maldita
no nos dejará dormir, dijeron los fariseos,
y se alejaron a sus casas por el tumulto de la calle
dando empujones a los borrachos y escupiendo sal de los sacrificios
mientras la sangre los seguía con un balido de cordero.
   
Fue entonces
y la tierra despertó arrojando temblorosos ríos de polilla.

18 de Octubre de 1929. New York.


En Poeta en Nueva York, 1930
Imagen: EFE/Archivo

4 sept 2024

Jean Cocteau - Nosotros los poetas

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Jean Cocteau - Nosotros los poetas


Nosotros, los poetas, tenemos la manía de la verdad, procuramos transmitir al detalle lo que nos choca. «¡Qué suyo es!», he aquí el elogio que se atrae siempre nuestra exactitud.

Puede imaginarse el crédito que encuentra la honradez de nuestros informes sobre lo que somos los únicos en ver, por la incredulidad admirativa que provoca nuestra exactitud, a propósito de espectáculos visibles y cotidianos.

Ahora bien, el poeta no pide ninguna admiración; quiere ser creído.

Todo lo que no es creído sigue siendo decorativo.

En Opio
Traducción: Julio Gómez de la Serna

3 sept 2024

Juan José Saer - A un viejo poeta

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Juan José Saer - A un viejo poeta

La ventana

interpuesta entre la tarde y usted

marcaba el límite de nuestra reclusión

en una habitación caldeada:… «the edge

of one of many circles» —diría Stevens.

Círculos de adentro y un afuera

que nos es dado dulcemente

bajo la forma de tarde y de caída…

Círculos y planos buscando su lugar

fuera de quicio en la memoria

«¿cómo se llama el personaje (Ángelo)

en la novela de Giono que estoy leyendo?»

fuera de quicio en la quijada de Vallejo

admirable —bien lo sabe— usted

igualitario en su desprecio de París

con su Nerval querido colgado de un farol

como epitafio.

«Traduciría el dibujo de los chinos

—hermanos en el paisaje— que conocí

y esa novela deliciosa de Colette

—La gata— para placer de mis amigos

—y lo miro buscando su lugar en la figura

un viejo chino y en la ausencia dolorosa

de un árbol, una mujer y diez gatos—

o este John Cage con pelotitas

de ping-pong dentro del piano»

cuando bajaba (doblegado) la escalera

hacia nosotros. Y permanecimos tensos

ignorando en qué lugar del mundo visible

la figura recomponía —secamente— su lugar

como una mosca en el párpado de un muerto.


En Borradores inéditos 3 (Poemas)

2 sept 2024

Jorge Luis Borges – Delia Elena San Marco

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Jorge Luis Borges – Delia Elena San Marco

Nos despedimos en una de las esquinas del Once.

Desde la otra vereda volví a mirar; usted se había dado vuelta y me dijo adiós con la mano.

Un río de vehículos y de gente corría entre nosotros; eran las cinco de una tarde cualquiera; cómo iba yo a saber que aquel río era el triste Aqueronte, el insuperable.

Ya no nos vimos y un año después usted había muerto.

Y ahora yo busco esa memoria y la miro y pienso que era falsa y que detrás de la despedida trivial estaba la infinita separación.

Anoche no salí después de comer y releí, para comprender estas cosas, la última enseñanza que Platón pone en boca de su maestro. Leí que el alma puede huir cuando muere la carne.

Y ahora no sé si la verdad está en la aciaga interpretación ulterior o en la despedida inocente.

Porque si no mueren las almas, está muy bien que en sus despedidas no haya énfasis.

Decirse adiós es negar la separación, es decir: Hoy jugamos a separarnos pero nos veremos mañana. Los hombres inventaron el adiós porque se saben de algún modo inmortales, aunque se juzguen contingentes y efímeros.

Delia: alguna vez anudaremos ¿junto a qué río? este diálogo incierto y nos preguntaremos si alguna vez, en una ciudad que se perdía en una llanura, fuimos Borges y Delia.

En El Hacedor 1960